Para introducir a los pequeños al mundo de la buena alimentación
Una buena nutrición es vital para que los niños crezcan y se desarrollen fuertes y sanos. Sin importar su edad siempre es buen momento para mejorar su nutrición y formar buenos hábitos alimenticios en ellos. Ya se acercan las vacaciones de verano, razón por la que los niños van a estar más tiempo en casa, lo que hace esta época propicia para que compartamos mas con ellos, los eduquemos y le inculquemos valores, buenos hábitos y conductas saludables. Combatir la obesidad infantil, al igual que la desnutrición, debe de ser clave para cada padre en nuestra sociedad. Para esto lo único que necesitamos es de disposición y mucha paciencia. Aquí algunos consejos para que el proceso sea exitoso: Hacer de las comidas un momento especial. Es importante que los niños se sientan a gusto, sin discusiones. Cumplir con un horario y un protocolo para comer. Evitar el uso de aparatos electrónicos durante este momento, debido a que hay que mostrarles a los niños el valor de una buena alimentación. Pon en práctica conductas saludables. "Es increíble como poniendo en práctica tus propias conductas saludables inspiras a otros a hacer lo mismo". Con los niños lo es aún más fácil, debido a que actúan por repetición, imitan el comportamiento de las personas que los rodean, sobretodo de sus modelos a seguir, sus padres o tutores. Por esta razón, si estás tratando de hacer que tus hijos consuman algún alimento, consúmelo tu también. Ponlo siempre a la vista en la mesa, decóralo, hazlo atractivo a sus ojos y motívalos a probarlos. Variedad de alimentos. La alimentación debe de ser variada, de esta manera consumiremos una gran gama de nutrientes. Experimenta con diferentes alimentos, mezclas de colores y sabores, esto hará el proceso más divertido. La comida saludable no tiene porque ser desagradable o insípida. El detalle está en tener imaginación y disposición. Involucrar a los niños en el proceso. Ellos pueden participar en tareas apropiadas para su edad. Que jueguen y se diviertan sin correr peligro alguno, siempre bajo la supervisión de un adulto responsable. De esta manera aparte de educarlos, los estarás haciendo sentir importantes y que su opinión y gustos también cuentan. No obligar comer toda la comida que tienen en el plato. Más bien enséñalo a servirse porciones moderadas. Obligarlos a limpiar el plato les inculcara la idea de seguir comiendo aunque se sienta satisfecho. Ejercita tu paciencia. Es probable que el niño rechace los alimentos a los cuales no está acostumbrado. No te abrumes, sigue sirviéndolos en la mesa, motivándolos con cariño y explicándole porque son importantes para su alimentación sin pelearles. Esto ayudara a que ellos se familiaricen con estos alimentos y eventualmente los degusten. Sírvele los alimentos nuevos primero, cuando tengan hambre, es más probable que los prueben de esta forma. Si de primera impresión se llenan de sus alimentos preferidos, luego no van a querer degustar el alimento nuevo. Preséntales un solo alimento nuevo por comida. Servirle un plato completo de comida desconocida puede abrumarlo. Evita el chantaje con dulces y bebidas endulzadas o carbonatadas. Estos pueden hacer que pierdan el apetito, lo cual no contribuye al proceso educativo. Y recuerda, tarda aproximadamente de 21 acciones para hacer un hábito. Es un trabajo sencillo, sobre todo cuando se hace con amor, siempre poniendo en primer lugar la salud de nuestros pequeños. La buena noticia es que tenemos aproximadamente tres meses para hacer esta labor, y verás que en el menor de los tiempos, lograrás que estas conductas salgan automáticamente en cada uno de tus pequeños. ¡Éxitos!